sábado, 12 de diciembre de 2009

TRISTEZA ENCABALGADA

Mi tristeza golpea con rudo alambre,
mi tristeza sabe de señuelos y espejos,
mi tristeza una tarde se acostumbra
al alcanfor, la mierda y las flores,
mi tristeza arde, muerde y muda
se topa con pupilas grises y laxos
calambres.

Arranca un muro de mejilla
y enmarañada y dura pezuña, espanto
y líquido collar de babas rancio,
galopa en pelo, trashuma en celo
por las sorderas de una guitarra
y los monólogos de un arriero.

Ahí va la triste alegría, triste.
Vestida de verdugo,
ardiente de espejos,
a recorrer las habas
y alambres de la muerte,
a reiterar sus uñas,
a cavilar, entre cueros
y mejillas, su monólogo
triste entre tardes y traidores.

1 comentario:

  1. La tristeza golpea y su estocada es un rasguño en el alma... el dolor existe y así se llama: tristeza. La tristeza en su doblez nos acusa, nos juzga y declara culpable.
    Su poesía, amigo Víctor, es brillante. Poesía y filosofía fusionada de esta forma no es nada fácil de lograr, sin embargo, usted hace que parezca tan sencillo...

    Le dejo un abrazo... y gracias por permitirme disfrutar de su poesía.

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