¿Vas a estar a la altura?
No sea que el aire del desierto te haga camello,
no sea que el fuego del dragón te haga esclavo.
Palabras, palabras: no hay nada por decir,
sino decir, entre decir, entre cantar,
entre jugar y de golpe, paf,
te hiciste niño. Es eso y no más, eh.
No, no hay que volver,
no, no hay que extrañar
sino preguntar
¿estoy a la altura?
y jugar, listo. Nada fácil, che.
Y si no estás solo
y si no te estremecés
y si no sos potencia
el cíclope de fuego
que inunda qué remedia
con veneno de luz
y si no
te queda, no te asustes,
ser camellito leoncito padrecito normalito
come cocholate comedurazno
en plácido lecho
con lechita y café
no importa si te importan el paladar
si te cagan a palos
si te patean tu carga
te confiscan tus pepinos
te queda tu nada
que es más que este juego
jugoso y siniestro
de las palabras
de la debacle
deriva de niñito atroz
revolteante águila en anillos
alrededor de serpientes
y auroras.
poema con tintes nietzscheanos, ideal para empezar un lunes.
ResponderEliminarsaludos!
PD : tenemos que programar cafe y entrega de libro. que ande bien!