La luz baja...
la vereda de este día se agotó.
Hay resabios
de una página que no se escribirá.
Hay espejos
del crepúsculo en los autos y un balcón.
Hay soledad, hay confusión...
En la esquina
cuatro lúmpenes derraman su vino.
En un rincón
un hermoso loco grita: "a la revolución".
Y en la plaza
un imbécil pone vallas al amor.
Conformidad y rebelión.
Sopla un viento por el centro,
un aire ceniciento se cierne por acá...
Suelta la brisa su balada
de bares y escapadas,
puteros y amistad.
Nuevas luces
de una noche que no agota su canción.
Viejas flores
de un destino entre basura y redención.
Hay pobreza
en las cuevas de este cielo ya sin voz.
Hay realidad, hay ilusión...
Buenos Aires
por crearte del misterio una vez más
canto y grito
y apuñalo este desgarro en tu amor.
Inventarte
es el sueño que disipa mi dolor,
este dolor que huele a vos.
Sopla un viento por el centro,
un aire ceniciento se cierne por acá...
Suelta la brisa su balada
de bares y escapadas,
puteros y libertad.
"Cada uno crea de las astillas que recibe la lengua a su manera con las reglas de su pasión -y de eso, ni Emanuel Kant estaba exento."
miércoles, 16 de marzo de 2011
Canción
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muy bueno el poema, un gusto encontrarte por aca.
ResponderEliminarMe causa cierta gracia irónica el libro por el que siempre te reclamo, siempre creí que no me iban a devolver los de Nietzsche o Lovecraft, o el manifiesto comunista, a lo sumo.
saludos,espero verte pronto.