Bien. Estás sobre la tierra
y eso quiere decir que se abre, ínfima,
la piedra del ser
por un instante.
Se proyecta tu sombra bajo un árbol.
¿Has conquistado tus ojos para poder
verlo?
Acaso tu vida no tenga sombras ni
árboles.
No te queda entonces sino horadar,
horadar, horadar.
Estás sobre la tierra
y se abre, ínfima,
la piedra del ser,
pero es sólo un instante.
Dale: te queda horadar. Horadar.
Si no hacés la sombra suficiente se...
Te lo dije: ya es tarde.
Ahora somos piedras.
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