EL FIN DEL MUNDO (DEL JUGUETE)
Tuve un amigo cuyo sueño máximo era destruir el mundo.
Era todo lo hermoso que podía ser un hombre común.
Vestía con pantalones, camisas y comía a diario. Tenía mujer.
Le gustaba la música y la prosa de Dickens.
Tuve un amigo cuyo sueño máximo era destruir el mundo.
Cuando tomábamos café hasta el amanecer, él reía.
Gozaba imaginándose sumergido en una ciudad fantasma.
Concupiscente, describía imágenes de catástrofes naturales.
Su desnudez: sustantiva y existencial.
Tuve un amigo...
Era todo lo hermoso que podía ser un hombre sin nada.
Había ahorrado para las vacaciones del próximo año.
No tenía amantes. Le gustaba soñarse entre camas ajenas, en fin.
(Tuve un...)
Cuando consiguió un trabajo en el Mundo del juguete, pensó:
"Ya que el Mundo es indestructible, destruiré uno de sus mundos".
Terrorista, describía la ejecución de su curiosa metonimia.
Su desnudez: sustantiva y esencial.
(Tuve...)
Era todo lo oscuro que podía ser un hombre.
Había armado una bomba con explosivos caseros.
Lo ayudó su mujer. Ella imaginaba una divertida broma.
(Él tenía muy buen humor.)
(...)
En el local, cuando está por activar el dispositivo, piensa, gozoso:
"Destruir un mundo del Mundo: porque el Mundo es suma de mundos".
Desesperado, ve que la bomba no funciona.
Nada estalla.
Su tristeza: irremediable y mortal.
Lleva una pistola en su bolso, por las dudas.
"Matar un ser humano es matar un pequeño mundo, porque el Mundo...", etc.
A la salida del local. Dispara sobre la cabeza de un ejecutivo.
La sangre: cae a borbotones, sin parar.
Tuve un amigo, hermoso como lo hermoso que puede ser un hombre común.
"Cada uno crea de las astillas que recibe la lengua a su manera con las reglas de su pasión -y de eso, ni Emanuel Kant estaba exento."
sábado, 17 de abril de 2010
jueves, 15 de abril de 2010
Un hombre que se desnuda y baila
a la mañana los perros y su galera
los fondos comunes de aceite
una hermana en su humedad de raíz
los tallos del contorno especulan
una tarde, una noche, las dos tic
un zumbido en la cavilación
tic tac en su monólogo en sus grietas
yo sí me creía el verso
de los diarios
y escuchame una vez en este
silencio
escucho esa cancioncita
Pablito clavo un clavito
tristeza de tigres trigal
vacío
un niño se peina
y un emperador empeora
y siguen los termos en su esclavitud
y las zapatillas con su cansancio
y las aguas en su corriente de camisas
una niña se despeina
te escucho, hombre,
un hombre
se
desintegra
y un color sin su paloma
ni su ladrillo
ni su postal
una pájara juega en el aljibe
en el pozo se perdió el primer
espejo del padre
que - criptas aparte -
venía de un vidrio fundido
con la constelación
sombreada de la gota
de arena de la tierra
cuando de la tierra
nacieron tierra y fuego
y fue ése el despertar
érase
un monito
que se paró y descubrió
unas manos con estrellas
y alguna lápida para sus hermanos.
a la mañana los perros y su galera
los fondos comunes de aceite
una hermana en su humedad de raíz
los tallos del contorno especulan
una tarde, una noche, las dos tic
un zumbido en la cavilación
tic tac en su monólogo en sus grietas
yo sí me creía el verso
de los diarios
y escuchame una vez en este
silencio
escucho esa cancioncita
Pablito clavo un clavito
tristeza de tigres trigal
vacío
un niño se peina
y un emperador empeora
y siguen los termos en su esclavitud
y las zapatillas con su cansancio
y las aguas en su corriente de camisas
una niña se despeina
te escucho, hombre,
un hombre
se
desintegra
y un color sin su paloma
ni su ladrillo
ni su postal
una pájara juega en el aljibe
en el pozo se perdió el primer
espejo del padre
que - criptas aparte -
venía de un vidrio fundido
con la constelación
sombreada de la gota
de arena de la tierra
cuando de la tierra
nacieron tierra y fuego
y fue ése el despertar
érase
un monito
que se paró y descubrió
unas manos con estrellas
y alguna lápida para sus hermanos.
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